Respaldo a la Universidad y el Garrahan: derrota de Milei en Diputados
Diputados rechazaron los vetos presidenciales a dos leyes clave: la de financiamiento universitario y la declaración de emergencia en pediatría.

Con el eco de miles de manifestantes resonando afuera, la Cámara de Diputados de la Nación rechazó por amplísima mayoría, los vetos presidenciales a dos leyes clave: la de financiamiento universitario y la declaración de emergencia en pediatría, que beneficia directamente al Hospital Garrahan.
La votación no solo expuso la debilidad parlamentaria del oficialismo, sino que se convirtió en un termómetro de la creciente resistencia social a las políticas de ajuste en sectores esenciales como la educación y la salud pública. Lo que sigue es el tratamiento en el Senado, donde su aprobación parece asegurada.
La primera votación, sobre la emergencia pediátrica, obtuvo 181 votos afirmativos, 60 negativos y una abstención. En la segunda, referente al financiamiento de universidades, el resultado fue de 174 a favor, 67 en contra y dos abstenciones. Estos números reflejan no solo el peso de la Unión por la Patria y otros bloques opositores, sino también el desmarque de aliados habituales del Gobierno, como radicales independientes y ex libertarios que optaron por priorizar la «sensibilidad social» sobre la disciplina partidaria.
La sesión se desarrolló en medio de una movilización federal que reunió a estudiantes, docentes, trabajadores de la salud y organizaciones sociales en plazas de todo el país, pero con epicentro en Buenos Aires. Frente al Congreso se exigió el rechazo a los vetos y se celebró el resultado en tiempo real.
La marcha contó con la presencia del gobernador bonaerense Axel Kicillof, quien se sumó a la columna principal acompañando a ministros, intendentes y referentes sindicales universitarios. «El pueblo está de pie y de manera multitudinaria volvió a decirle a Milei que las universidades no se venden, los hospitales no se desfinancian y los derechos no se negocian», escribió Kicillof en su cuenta de X tras la votación, subrayando que «sin educación ni salud pública no hay futuro para los argentinos».
El pueblo está de pie y de manera multitudinaria volvió a decirle a Milei que las universidades no se venden, los hospitales no se desfinancian y los derechos no se negocian. pic.twitter.com/hHEKC8t2v4
— Axel Kicillof (@Kicillofok) September 17, 2025
El debate trascendió el recinto y sumó adhesiones de sectores de dirigentes ligados a la Iglesia católica y al movimiento cooperativo, que ven en estos vetos un ataque a los más vulnerables. Desde la Comisión Episcopal de Migrantes —un espacio que históricamente defiende derechos sociales—, se emitió un comunicado previo a la sesión recordando que «reformas regresivas en salud y educación no son compatibles con la doctrina social de la Iglesia», en alusión a recortes que afectan a niños y jóvenes de bajos recursos.

El obispo auxiliar de Buenos Aires, Joaquín Sucunza, participó de la marcha y declaró a la prensa que «la salud de los niños no puede ser moneda de cambio fiscal; rechazar estos vetos es defender la vida misma, como nos enseña el Evangelio». Esta postura se alinea con pronunciamientos previos de la Conferencia Episcopal contra medidas que «priorizan el equilibrio presupuestario por sobre la dignidad humana».
En el ámbito del cooperativismo, el rechazo también fue explícito. La Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), que representa a miles de entidades en todo el país, movilizó a sus afiliados en la protesta porteña. Su presidente, Christian Vitta, posteó en X: «El cooperativismo, que construye comunidad desde abajo, no puede callar ante vetos que desfinancian la educación y la salud de los pueblos. Hoy marchamos por un país inclusivo, no por uno de exclusiones».
Vitta, en una entrevista radial durante la concentración, enfatizó que «estas leyes no son gastos, son inversiones en capital humano, y el movimiento cooperativo las respaldará en el Senado». Esta intervención resalta cómo el sector, clave en la economía social argentina, percibe los vetos como una amenaza a la equidad que históricamente ha sostenido.